Podemos imaginar como adultos que una graduación de la secundaria o preparatoria no es importante, que no ver a nuestros amigos es tolerable, que no salir a una fiesta puede esperar, sin embargo, todos los adultos tenemos un poco o mucho de adolescentes, ya que varias de las preferencias de hoy en día que tenemos se originaron en nuestra adolescencia.
Si recordamos nuestra adolescencia desarrollamos y descubrimos intereses, hicimos los mejores amigos, sufrimos pérdidas en lo emocional, recibimos maltrato de compañeros, y experimentamos nuestro primer contacto con la sexualidad al tocar o besar a alguien de nuestro interés, en general, fue la etapa donde muchas de las experiencias que vivimos tienen hoy en día remanentes. Como adultos tenemos esa sensación de querer salir y pasar un buen rato, después tenemos otras actividades como el trabajo, el cuidado del hogar o niños más pequeños y todo ello utiliza una gran cantidad de tiempo, pero la historia es distinta para nuestros adolescentes en casa, para ellos la dificultad de reunirse con sus amigos, no poder ver a su pareja, socializar, salir, encontrar un espacio privado para hablar de sus intereses con sus iguales, sufrir rupturas a distancia, no poder abrazar o practicar deportes con sus amigos, “asistiendo” a clases donde no hay interacción, o esta es mínima, no tienen ni idea de quienes son las personas con quienes toman clase fuera de clase, no hay recreos, fotos, recuerdos.
Para la vida de nuestros adolescentes la socialización con otros ajenos a la familia o con sus iguales es la actividad que utiliza gran parte de su tiempo y hoy en día no es posible. La explicación es muy sencilla:
"La exploración y la capacidad de relaciones personales con sus iguales es lo más importante a esta edad. Prefieren las relaciones con el entorno a permanecer en casa".
El único oasis que los adolescentes encuentran es el teléfono móvil y su aplicaciones más populares que les permiten estar en contacto con sus amigos y con el mundo, con ello, una gran parte de uso de tiempo de pantalla, y si antes estaban más inmersos en los dispositivos hoy es mucho más, produciendo desvelos, resequedad ocular, problemas de cuello, espalda y tensión en pulgares, problemas derivados de la falta de actividad física y ejercicio, aumento de peso, deshidratación por mencionar los problemas más comunes, adicional a esto encontramos con mayores niveles de enojo, frustración, ansiedad.
¿Cómo podemos ayudar a los Adolescentes?
Ayudar a los adolescentes no es decirles qué hacer por su bien, es invitarlos a nuestras actividades, decirles la palabra mágica “haz” es un botón de una bomba, en vez de ello podemos utilizar “hagamos”
Comencemos con lo más básico
A) Tener un orden en cuanto a la realización de actividades cotidianas y mantenimiento de hábitos:
Higiene, alimentación, horas de sueño tales como tomar un baño, cepillarse los dientes, dormir lo suficiente.
Horas de actividades escolares.
Horas de entretenimiento para ellos.
Horas de actividades domésticas, ordenar, asear etc.
Horas de actividad física o ejercicio.
B) Reconocer sus necesidades:
Esparcimiento y Socialización, permitirles salir a dar una caminata al rededor de la cuadra con amigos cercanos, siguiendo recomendaciones sanitarias, dales un voto de confianza.
Uso de Redes sociales, recomendando higiene de columna, tiempo en pantalla o mensajes de voz.
Invitémosles a realizar llamadas antes que mensajes.
Privacidad, tocar la puerta antes de entrar, darles espacio o indicarles un lugar crear o elegir un sitio privado, donde todos sepan que ese lugar solo puede estar un persona privacidad, esta es una necesidad no una conspiración para ocultarse cosas.
Pueden ecceder a sus peticiones, siempre y cuando sean fáciles de hacer, no impliquen daño, etc. Por ejemplo prepara algún alimento que es guste.
C) Permitirles tener emociones:
Entender que su enojo, frustración, tristeza es normal y como entrenadores no es necesario reaccionar en la misma dirección con la misma intensidad.
Preguntar sobre sus necesidades, deseos o intereses.
Ayudarles a regular sus emociones, escuchales sin interrupciones , permitirles tiempo a solas. Y si no hablan, comienza hablando de ti.
Y sí, deja que se quejen todo lo que quieran e identifica qué es una queja y qué es acusación, esto te ayudará a entender que una acusación puede ser en realidad una petición, así, ellos aprenderán a Pedir adecuadamente.
D) Estar atentos ante cambios graves, intensos, inusuales, como mayores niveles de ansiedad, enojo, o por el contrario menor activad, como aislamiento y adicciones al uso excesivo de pantallas, en tal caso, solicitar ayuda para ellos y para ti mismo como padre, hoy hay más opciones.
Ser adolescente es difícil, el coartarles sus necesidades aún más. El establecimiento de hábitos reconocimiento de emociones, y atender problemas más graves es un asunto de familia, si tú cómo padre tienes alguna de ellas comienza por ti e invita a tu adolescente, si tu adolescente tiene algún problema no lo minimices o evites, “no es una nalgada a tiempo es una escucha a tiempo”
SER PADRE DE UN ADOLESCENTE ES COMO UN ENTRENADOR, ”Enseña, acompaña, escucha, alienta, participa, pone límites, se interesa en el equipo, corrige, da re dirección, reconoce y da potencialidad a los talentos“